El pueblo que lucha por una vida digna y por superar el capitalismo está en las calles. Tiene que luchar y trabajar con o sin pandemia, pues sigue existiendo la desigualdad y actos de injusticia que deben ser denunciados.
Al pueblo organizado lo podemos ver en los rostros que se pegan en paredes y postes: Edmundo Reyes y Gabriel Cruz, detenidos desaparecidos, Asunción, Armando, Javier, Leobardo, Venturino, presos por luchar y Alfonso injustamente preso asociado a motivos políticos. Lo podemos ver en las manos de quien pega esos carteles, de quien los diseña, de quien los imprime, de quien acompaña esos casos, de quien lleva la defensa legal, de quien vende pan para lograr realizar estas actividades, de quien pierde el miedo de pasar al micrófono en las calles para decir su nombre y gritar ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! y ¡Presos políticos libertad!
Al pueblo organizado lo vemos en las plazas denunciando la injusticia a pesar de las agresiones en su contra, agresiones que si la autoridad de la Ciudad de México no ordena, por lo menos las permite; cuida, a los autores intelectuales del terror en México que se apropiaron del Zócalo con casas de campaña vacías y discursos propios del nazi-fascismo; pero no castiga la agresión contra quienes luchan por una vida digna.
El pueblo organizado actúa, porque este tipo de pueblo tiene muy claro que no basta con enojarse, con quejarse, con mentarla. No sólo observa, decide, se pone en acción. Si su trabajo mueve al mundo todos los días, su acción organizada puede transformarlo.
El pueblo organizado que quiere terminar con el neoliberalismo y superar el capitalismo ejerce su derecho humano a la protesta, se organiza, se manifiesta, expresa sus ideas de viva voz, de forma escrita, con imágenes, ocupa el espacio público y se hace presente frente a las dependencias federales y locales que no solucionan problemas que afectan la dignidad de miles de personas.
El pueblo organizado sostiene sus actividades con base en su propio trabajo. No recibe dinero del gobierno ni de otro tipo de instituciones. Este pueblo organizado se sostiene a sí mismo, trabaja para tener fondos y luchar, porque la transformación del mundo y la vida digna se construyen de manera independiente del gobierno. No es condición para luchar, tener un ingreso como senador, diputado o presupuesto del Instituto Nacional Electoral para organizarse, defender lo justo y luchar.
Sin embargo, el ejercicio del derecho humano a la protesta social siempre ha sido limitado, aun en los gobiernos que se dicen democráticos, repartir un volante, pegar un cartel exigiendo la presentación con vida de los detenidos desaparecidos es equiparable a repartir “propaganda” y este acto es merecedor de multa o de ser detenido por hasta 36 horas, basta ver la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México o el Bando de gobierno de Texcoco, Estado de México para confirmarlo.
La protesta social por una vida digna no puede ser motivo de infracción y mucho menos ser castigada como delito, pero mientras lo sea para diferentes administraciones, seguiremos ejerciendo nuestro derecho a protestar partiendo del principio de que derecho humano que no se ejerce es un derecho que se pierde.
El Comité Cerezo México te invita a organizarte, te invita a ejercer la defensa activa de los derechos humanos para aportar a la construcción de las condiciones de vida digna principalmente para el pueblo trabajador y siempre explotado. ¡Vamos a organizarnos!