No vamos a hablar de los miles de detalles que rodean la historia de Villa que ya bien documentada está, hablaremos de su valor político y del uso que le da, tanto el gobierno de AMLO, como la derecha moralmente derrotada.
Lo único que está claro es que tanto para los vencedores, la burguesía nacionalista; como para los vencidos durante la Revolución mexicana, el proletariado y las grandes masas campesinas, las figuras de Zapata y Villa, aunque acá veremos solamente la de Villa, serán una bandera que cada bando reclame para sus propios intereses.
Así, la parte de la burguesía que toma el poder y que fue la que directamente mandó a ejecutar a Villa y a Zapata, bajo la consigna de “muerto el perro se acabó la rabia”, posteriormente lo va a reivindicar e incluso se nombrará continuadora de la Revolución en la cual Villa tuvo una destacada participación.
Lo real es que aunque Villa no proviene, como muchos revolucionarios del mundo, de una clase ni siquiera medianamente acomodada y que era en un inicio iletrado, su instinto de clase y su práctica revolucionaria le permitió avanzar a pasos agigantados con el fin de mejorar las condiciones socioeconómicas del pueblo mexicano, sobre todo en su zona de influencia e incluso firmar también el Plan de Ayala Zapatista.
Está misma situación de la falta de estudios previos o una gran conciencia proletaria, lo lleva a apoyar a Madero, aunque este representaba a la burguesía progresista y nacionalista, frente a la burguesía conservadora encarnada en el dictador Porfirio Díaz.
Es claro que Villa, en esos momentos, no podía ver éstas diferencias y por tanto no encarnaba tampoco las aspiraciones históricas del proletariado en nuestro país, incluso, Madero lo utilizó para derrotar al mayor peligro para la burguesía en esos momentos, el magonismo, que aunque sí logró desarrollar una teoría que incluso alimentaría teóricamente al zapatismo en el sur de México, también es cierto que pecó de una falta de análisis profundo de la realidad que le permitiera, que otras fuerzas revolucionarias como la de Villa, descubrieran en la práctica, como así fue, que los bandos en pugna en ese momento, con excepción del Zapatismo en Morelos, representaban los intereses de la burguesía misma.
Es claro también, que a las fuerzas vivas de la revolución, en su mayoría proletarios y sobre todo campesinos les faltaba una conciencia política que pudiera darles una independencia de clase necesaria para identificar sus propios intereses como clase proletaria y luchar por ellos, incluso en contra, a su debido tiempo, de la parte de la burguesía que finalmente triunfo en México.
No obstante lo anterior, el arraigo y la participación de Villa en el norte y Zapata en el Sur si será suficiente para alimentar la Constitución del 17, una de las más avanzadas a su época, y en la cual se reconocen derechos por los cuales lucharon las fuerzas revolucionarias, a éstas ya no les alcanzó, tanto en su desarrollo teórico como práctico, para que en 1914, aunque sentados en la silla presidencial, pudieran en la realidad tomar el poder y representar los intereses del pueblo mexicano.
Renunciaron a esa responsabilidad histórica y quiénes tomaron el poder, son los que los combatirían y los mandarían a asesinar, una vez hecho esto, la burguesía en el poder se apropia de, en este caso, la figura de Villa para crear y consolidar un gobierno burgués, sin que el pueblo que luchó y se identificaba con Villa nuevamente levantara cabeza.
Lo ideal entonces para los vencedores de la Revolución mexicana y quienes asesinaron a Villa y a Zapata, es reciclar sus figuras despojándolas del contenido revolucionario de las demandas que impulsaron, así todos los gobiernos, hasta la llegada del PAN al poder en el año 2000, van a seguir usando la figura de Villa para justificar sus medidas políticas y económicas contrarios a los intereses de las masas populares.
Así, no es de extrañar que el mismísimo responsable de la matanza del 68, el ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, haya pugnado por que el nombre de Villa fuera colocado en letras de oro en el muro de honor de la cámara de diputados, o que monedas y billetes lleven la efigie de Villa en diferentes épocas del país, que haya museos, escuelas, calles y colonias que llevan su nombre y que haya estatuas de Villa en varias partes de México.
Sin embargo, para los gobiernos, es sólo una figura decorativa, despojada del contenido revolucionario de su lucha, incluso, este año, en el centenario de su ejecución, se declara el año de Francisco Villa, pero en el mismo tenor que en gobiernos priístas anteriores que siempre se proclamaron como emanados de la Revolución Mexicana, en este gobierno se quiere equiparar la revolución armada de Villa por los intereses de los más pobres en México, a la revolución pacífica de las conciencias y el apoyo de las migajas llamadas programas sociales, como una paralelismo bastante bizarro.
Claro que como este gobierno de AMLO, a diferencia de los tres sexenios anteriores, es un gobierno socialdemócrata y no de derecha, está, la derecha moralmente derrotada, como le gusta llamarle el Presidente, y las plumas a su servicio, serán los únicos que ataquen al gobierno de AMLO, atacando a la figura de Villa, de bandolero no lo bajan, incluso, sin fundamento alguno lo acusan de violador o de asesino a sangre fría, tratando de desacreditar a AMLO y a su gobierno que, nuevamente, realza la figura del revolucionario, así podemos ver, como un ejemplo, la columna de Héctor Aguilar Camín, en la que con un pretexto banal, se descose en acusaciones sin fundamento en contra de la figura de Villa, cabe mencionar que Aguilar Camín ha sido un escritor a modo del poder político priísta y actualmente un detractor del gobierno de AMLO, incluso haciendo llamados a derrotarlo.
También es claro que la única posición política que nunca reivindicará la figura del Villa revolucionario, es la derecha, ya que para ésta, Villa si representa al pueblo bronco que haciendo uso de la violencia les partió su “mandarina en gajos” buscando el bienestar de los pobres quitándole a ellos, los ricos, es evidente que los panistas de ahora son los nietos de los damnificados de la División del Norte.
Así que, aunque el actual gobierno socialdemócrata reivindique la figura del General Villa, también lo despoja del contenido revolucionario de su vida, tal parece, como el viejo PRI, que este gobierno y también sus plumas hacen un paralelismo entre las ideas de Villa y la Revolución Mexicana con las ideas bastante limitadas de vida digna, la Revolución de las conciencias y la Cuarta Transformación.
Así que, estimados lectores, lo invitamos a leer y comentar la vida de Villa y su participación desde la óptica de la lucha de clases en México y comparar sus ideales y aspiraciones con los actuales ideales y aspiraciones de las corcholatas de la 4T, sobre todo para exigir que se vuelva al espíritu de la Constitución que gracias a la vida y muerte de Magón, Villa y Zapata, fue en su momento una de las más avanzadas en cuanto a derechos conquistados a favor del pueblo se refiere.
Y seguir organizándonos, si es en el Comité Cerezo México, que mejor, pero si no es con nosotros, con quien se organicen, empujar a este y el nuevo gobierno de Morena que tendremos en el 2024, a que, por lo menos, rescaten las conquistas que se deben a estos revolucionarios, entre ellos Villa y no mantengan vigentes las leyes y cambios en la Constitución que impulsaron los enemigos de Villa, los enemigos del pueblo, los neoliberales, los chapulines que abundan en Morena y hasta la candidata de la derecha, la Sra. X.