Sabemos que hablar sobre las acciones políticas del Presidente de la república es, siempre, entrar en polémica, ya que, si no estamos de acuerdo en algún tema o decisión política que nos afecta como pueblo trabajador, somos conservadores, claro, de los que el Presidente llama conservadores de izquierda, tampoco, estimado radioescucha o lector, nos confundan con los conservadores de derecha, que con esos, nosotros tampoco, coincidimos ni de cerquita, no vaya ser que nos confundan y hasta la misma gente, con justa razón, ni nos escucharía.
Van las de arena, el domingo 19 de febrero, durante el aniversario 110 del Ejército Mexicano, el presidente dijo que: “[…] pese a lo que sostienen nuestros adversarios, por lo general los conservadores, la mayor participación de las fuerzas armadas en tareas de seguridad no implican ni autoritarismo ni militarismo, o militarización, como suelen decir, del país.”, y en eso tiene y no tiene razón, tiene razón en que, bajo su gobierno, la mayor participación de los militares o Guardia Nacional en tareas de seguridad pública no ha implicado autoritarismo, pero no tiene razón cuando niega el proceso de militarización, el cual significa aumentar la presencia y el papel de las fuerzas armadas en la sociedad y en la vida política, económica y social de un país, sobre todo en el uso de las fuerzas armadas para tareas que deberían ser realizadas por civiles como las tareas de seguridad pública, y en este punto seguiremos marcando que la decisión de no regresar al Ejército a sus cuarteles, fue una decisión política errónea, vamos a explicar porque.
Desde febrero de 2019, en nuestro Decálogo para una vida digna [1] , en su punto 8 que lleva como título, Seguridad como derecho humano, marcábamos un “NO rotundo a la militarización de la seguridad pública, el regreso paulatino del ejército a sus cuarteles y que la Guardia Nacional debería de estar integrada por civiles, voluntarios y con mando civil” y el segundo punto era y sigue siendo una demanda, el “Desmantelamiento inmediato de todos los grupos paramilitares que operan en el país.”
Y además explicábamos que: “El neoliberalismo, para imponer su sistemático arrebato de derechos humanos a la población, para aumentar las ganancias de empresas y dueños, para robar recursos del país y despojar a pueblos enteros recurrió a la militarización y la paramilitarización del país. […]”
Que: “Además, los últimos dos sexenios el gobierno utilizó a militares y policías de distintos niveles para atacar a la población en general y, con mayor selectividad, a defensores de derechos humanos y luchadores sociales. [Y puntualizamos que] El proyecto neoliberal supone el abandono del cuidado y procuración de los derechos de la población y, al mismo tiempo, el fortalecimiento de la función de represión y control de las fuerzas del Estado.”
Por estas razones, fortalecer el proceso de la militarización de la seguridad pública es soñar que en el futuro, después de su sexenio, el del presidente López Obrador, no regrese en el próximo sexenio, incluso de la mano de MORENA, la política neoliberal que está presente en las más de 25 reformas mal llamadas estructurales que aprobaron constitucionalmente los del Pacto por México (PRI, PAN y PRD) y que MORENA no ha podido desmantelar, debido a que no tiene la mayoría calificada para hacerlo.
El regreso de la política neoliberal recurrirá nuevamente al uso de las fuerzas armadas, está vez incluso legitimadas constitucionalmente (recordemos que los conservadores de derecha, ellos sí, pensando en el futuro, votaron por la militarización de la seguridad pública) como en los sexenios de Calderón y Peña Nieto.
Y él mismo, el presidente López Obrador dice, un día después, que es muy difícil que los conservadores de derecha reviertan muchas de las políticas aprobadas en este sexenio, como la estrategia energética o los apoyos sociales. Incluso pregunta que ¿Cómo le van a hacer los conservadores para quitar las pensiones de adultos mayores si ya está en la Constitución como un derecho? y la respuesta es muy fácil, haciendo retroceder estas conquistas con otras reformas también constitucionales, como lo hizo de manera acelerada en los sexenios más neoliberales con las conquistas que vienen de la Revolución mexicana.
Y esto pasará aunque, las nuevas plumas del sistema hagan malabares con las palabras y digan, de manera forzada o mejor dicho de manera tragicómica que: “Asignar tareas civiles a los militares no ha significado entregarles poder político sino, simplemente, hacerlos partícipes de ese ámbito y llevarlos a interactuar con la población y la economía en general. No se militariza la sociedad: se socializa a los militares." [2]
Y la de cal, seguimos pues con las reformas y contrarreformas que los diferentes partidos han aprobado, en esta ocasión se formalizó la nacionalización del litio, el cual, en la Reforma Minera de abril del año pasado se le declaró como un mineral de utilidad pública y por tanto de explotación exclusiva del Estado mexicano, en esta formalización que se llevó a cabo el 18 de febrero de este año, Andrés Manuel López Obrador dijo que habían amparos y que ya sabíamos cómo son los conservadores que quisieran que México se convirtiera en una colonia de los extranjeros, que no fuese un país independiente, libre, soberano. Y puntualizó que los conservadores no van a poder con sus amparos y controversias en el Poder Judicial y en este momento tiene razón, sin embargo, no quiere meterse con el futuro, ya que así como se reformó la ley minera, en los años venideros con el regreso paulatino de la política neoliberal, llegará el momento en que puedan hacer una contrarreforma y entregar nuevamente las riquezas de la nación, más que a países extranjeros, a millonarios como Larrea, a quién por cierto, este gobierno no ha tocado con el pétalo de una rosa y bien que las debe.
Entonces, por supuesto que estamos a favor de la nacionalización del litio y AMLO se queda corto, debería nacionalizar nuevamente todos los bienes de la nación que la política neoliberal entregó a los privados y ahí sí, hasta nosotros reconoceríamos que es un presidente "progre", mientras tanto sólo le lima el colmillo más afilado al neoliberalismo, pero no le quita los dientes, y estos crecen con el tiempo, y seguro nos volverán a morder, sobre todo al nivel de vida digna, así, incluso aunque queden los apoyos sociales, estos se volverán humo, como ya está pasando y ya no serán ni siquiera un apoyo para los más pobres.
Y ya para acabar, hoy conocimos la noticia de que Genaro García Luna fue encontrado culpable de los cinco delitos de los que fue acusado en los Estados Unidos, cuatro de ellos relacionados con el narcotráfico y es hasta el 27 de junio que se le dictará una sentencia. Y como dijimos en nuestro PaComentario anterior, no se le acusa de todas las violaciones a los derechos humanos que cometió, eso no es importante allá arriba, sino sólo será castigado por salirse del huacal, de todo lo que hizo a favor de los del norte, no hay ni menciones.
Así que, estimado radioescucha o lector, según sea el caso, el gobierno actual, aunque le metió un freno a las políticas neoliberales, no las ha desmantelado y como vemos a los aspirantes a la presidencia, que ya andan encarrerados promocionándose, ninguno alcanza el nivel antineoliberal del mismo AMLO, así que preparémonos para el regreso paulatino del terror neoliberal y sigamos organizándonos para enfrentarlo con mejores herramientas.