El domingo 1 de mayo se realizó una manifestación para exigir justicia por la desaparición de mujeres en Guanajuato y en el país, como en los mejores tiempos represivos del PAN, la presidenta Municipal Lorena Alfaro ordenó una represión en contra del contingente de mujeres, 30 mujeres entre ellas 5 menores de edad, fueron detenidas de manera arbitraria, con golpes, jalones y estrangulamientos fueron llevadas al Centro de Readaptación Social.
No fue hasta 24 horas después, gracias a la difusión de videos y fotos dónde claramente se ve el abuso de autoridad de su policía, que fueron liberadas todas las detenidas.
Fue tan evidente el abuso de autoridad que ejercieron las policías que detuvieron de manera arbitraria a las manifestantes, que incluso el gobierno estatal tuvo que reconocer que si hubo exceso del uso de la fuerza y que se investigaría a las policías responsables de dichos actos.
Al parecer, sólo es cosa de rascarle un poquito, es decir ejercer el derecho a la protesta, para que afloren los sentimientos represores de presidentes municipales y gobernadores estatales, de lugares donde los derechos humanos no son más que papel impreso sin ninguna utilidad.
Pero esto no fue un hecho aislado, ni del orden municipal nada más, ya el 27 de abril, la Guardia Nacional cometió una ejecución extrajudicial en contra de un estudiante de agronomía de la Universidad Estatal, la GN argumentó que uno de sus elementos, de manera unilateral disparó en contra de la camioneta y con ello exoneró a la Institución, sin embargo, días después un juez ordenó la libertad del militar asesino con lo cual la GN se cubre de impunidad como institución.
Desde enero de este año el Gobierno Federal envió a 1,500 soldados entre ellos Guardia Nacional para reforzar la seguridad de los habitantes de Guanajuato, esta militarización es la responsable de la ejecución extrajudicial, no un soldado indisciplinado o con iniciativa propia, así vemos una vez más que la militarización no es la solución a los problemas de inseguridad y que los militares y Guardia Nacional debe regresar a sus cuarteles.
Dos ejemplos de lo que ya no debería suceder en nuestro país, no obstante, sigue sucediendo, graves violaciones a los derechos humanos de quienes protestan o de quienes tienen la mala fortuna de cruzarse en la mira de un militar.
Y no sólo sigue sucediendo, sino que, al parecer, como en estos dos casos, se mantendrá la impunidad.
Que debemos hacer ante estos hechos, por más que nos los presenten como hechos aislados, lo fundamental es protestar, documentar, organizarnos y exigir un alto a la represión política, la protesta es un derecho humano que debemos ejercer siempre.
Exigir justicia no sólo ante la represión de la protesta, sino a las causas de está última, ya no más mujeres asesinadas en México, ya no más mujeres desaparecidas, ya no más golpes represivos contra quienes protestan.
Castigo a los y las responsables y a toda la cadena de mando que permite o solapa las ejecuciones extrajudiciales y la represión política, no más impunidad en nuestro país.