Sin embargo; nuestra realidad, tu realidad paralela, que nos ha tocado vivir hoy es injusto: estar presos, en el penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez “La Palma”, por el simple hecho de pensar diferente.
Cuánto añoramos el mundo exterior y la libertad del hombre como ser social y ser político. Esa es nuestra realidad paralela que no podemos vivir, por lo que nuestra lucha y empeño se fijan alcanzarla. Libertad, queremos ejercerla y vivirla como hombre no enajenado, no cosificado. No luchamos por el concepto ni la práctica de la libertad bajo este sistema económico de propiedad privada; luchamos por la liberación del hombre positivamente humano capaz de transformar. Ejercer y vivir la libertad como ser social y político significa estar en constante praxis, no reducirse a la libertad física inmediata sino tratar de impulsar una aspiración generalizada por ser libres.
En nuestra realidad paralela, su realidad hay tanta libertad que la relación o conexión social por el cual se afirma el hombre, como individuo, se objetiva; se ha convertido en un medio para alcanzar fines privados y mezquinos. Somos hombres en tanto acrecentamos la riqueza que nos es arrebatada.
La realidad paralela espera podamos dar el brinco de dimensiones para poder situarnos en ella misma. Nuestra realidad paralela es una sociedad compleja, un mundo truculento que puede destruir a todo oponente, pero es también fuerza de transformación, humanidad positiva, un lugar cálido y acogedor para nosotros, sus hijos. Ahí en ese espacio cálido queremos llegar para continuar construyendo al aspirante de un tipo de hombre, que tenga por tarea enfrentar todas las batallas contra lo imperante. La realidad paralela nuestra, tuya, es sólo una constancia de una sola realidad concreta, y como unidad que es, nosotros somos parte de ella y por tanto aspirantes a la libertad, al hombre nuevo.
05/junio/02
Almoloya de Juárez “La Palma” de Concreto
Alejandro Cerezo Contreras, Preso de conciencia, 1104