Los Manuscritos económicos-filosóficos de 1844
Son un texto preparatorio para una obra unitaria que Marx se propuso publicar: “crítica de la política y de la economía política”. Los Manuscritos cubrirían la parte de la crítica de la economía política y la Crítica de la filosofía del derecho de Hegel, la parte política. Sin embargo, el editor C.W.Leske, de Darmstadt (Alemania) con quien había firmado un contrato el 1° de Febrero de 1845 para la publicación de dicha obra, ante la tardanza de Marx, decidió, dos años más tarde, rescindir el contrato.
Marx le escribió pidiéndole mas tiempo por la necesidad de reelaborar el contenido y estilo de ambos escritos. En ese año de 1847, no hay que olvidar, se publica La sagrada familia y en colaboración con Federico Engels La ideología alemana, esto hace que se refrene todo impulso de publicación de las dos obras anteriormente mencionadas: Crítica de la filosofía del derecho de Hegel y los Manuscritos. En consecuencia, quedarán como borradores por la falta de reelaboración de contenido y estilo. Ésta será realizada y verá la luz años después en el Capital, Crítica de la economía política.
En 1927, los Manuscritos se publican en alemán por vez primera y de manera incompleta; en 1929, otra vez y de la misma forma. Es hasta 1932 que aparece de manera completa y científica en el tomo tres de Marx, Engels Gesamtausgabe (obras completas de Marx y Engels). Ese mismo año otra edición a cargo de Landshut y Mayer, socialdemócratas alemanes, se publica; pero de manera incompleta porque le faltaba el primer manuscrito, imperfecta porque tenía muchos errores de trascripción y presentaba los restantes manuscritos y la introducción de forma desordenada y caótica.
La primera traducción al español de los Manuscritos realizada por A. G. Rühle, emigrada alemana, y J. Harari, argentino, y basada en la edición de Landshut y Mayer se publica en México el año de 1938. A principios de 1939 con un tiraje reducido se vende dicha edición que hoy en día es inaceptable por los errores contenidos en el original en alemán y por los diversos errores de traducción. Cabe mencionar que hay tres traducciones en español, consideradas las más autorizadas y fieles al original: la de Wenceslao Roces de 1962, la de Francisco Rubio Llorente de 1968 y la de José María Ripalda de 1978.
Los Manuscritos son economía política, economía impregnada de filosofía o dicho rigurosamente: crítica de la economía política burguesa; representa un salto en el pensamiento de su época, sin embargo, podemos decir hoy que sólo algunas de sus partes siguen siendo válidas y vigentes; contienen la crítica al fundamento de la sociedad capitalista: la propiedad privada; es, principalmente, un e3scrito dirigido a aquellos que de alguna manera en la práctica y el pensamiento aspiran y luchan por transformar radicalmente esta sociedad y construir una nueva, mas justa, libre, digna y humana.
El texto original se encuentra constituido por tres legajos conocidos como Primer, Segundo y Tercer Manuscrito.
En el Primer Manuscrito podemos encontrar tres textos titulados por Marx de la siguiente manera: “Salario”, “La ganancia del capital” y “La renta del suelo” en los cuales encontramos extractos de A. Smith, Shultz, Pecqueur, Loudon, Boret y Say, y un enfrentamiento crítico con la economía política burguesa; y un cuarto texto al que le fue puesto por los primeros editores el título de “El trabajo enajenado”: Marx no lo intituló.
Del Segundo Manuscrito: “La relación de la propiedad privada” sólo se encontraron 4 páginas de 43. Este no es sólo un texto incompleto, sino también inconcluso: la última página es una serie de puntos que nos indican una continuidad que suponemos sería el producto de un nuevo desarrollo a partir del alcanzado en el primer manuscrito y sobre todo del último apartado “El trabajo enajenado”.
El Tercer Manuscrito comienza con dos apéndices del segundo, una titulado por el editor como “La propiedad privada y el trabajo” y el otro titulado por Marx como “La propiedad privada y el comunismo”. Siguen tres apartados: “Necesidad, producción y división del trabajo”, “El dinero y sus consecuencias sociales” y “Crítica de la filosofía y dialéctica hegelianas en general”.
Por último, está la Introducción o Prólogo de la obra que Marx se proponía publicar.
El apartado “El trabajo enajenado” y otros fragmentos desperdigados en los subsecuentes textos que lo refuerzan son sin lugar a dudas tesis vigentes y válidas para el análisis de la sociedad capitalista de nuestros días. Por ejemplo: este modo de producción nos enseña de manera directa y objetivamente que el fin de la relación con el otro: pareja, hermanos, primos, vecinos, indígenas, etc., no es la retroalimentación mutua ni el desarrollo de valores como solidaridad, respeto, dignidad, libertad, humanismo..., por el contrario, la relación con el otro es un medio para satisfacer “la vida individual en su forma abstracta”, es decir, en su forma enajenada, a saber, los intereses egoístas y mezquinos del individuo. Otro ejemplo es el referente a las funciones humanas:
“...De esto resulta que el trabajador sólo se siente libre en sus funciones animales, en el comer, beber, engendrar, y a lo sumo en aquello que toca a la habitación y al atavío y en cambio a sus funciones humanas se reduce a un animal. Lo animal se convierte en humano y lo humano en animal.
Comer, beber y engendrar, etc., son también auténticas funciones humanas. Pero en la abstracción que las separa del ámbito restante de la actividad humana y las convierte en fin único y último son animales”
En la actualidad algunos hombres y mujeres no ven, por ejemplo, el acto sexual como un medio para enriquecer una relación de pareja, sino como el fin de la relación, es decir, es más importante el placer animal que el goce de una función humana, a saber, el acto sexual en tanto abstracción del amor es único y exclusivamente una actividad animal.
Otro aspecto rescatable es cuando dice:
“La propiedad privada nos ha hecho tan estúpidos y unilaterales que un objeto es nuestro solamente cuando lo poseemos---cuando existe para nosotros como capital, o cuando es netamente poseído, comido, bebido, usado, habitado, etc., en fin, cuando es usado por nosotros [...]
Todos estos sentidos físicos y mentales han sido sustituidos por el simple enajenamiento de todos estos sentidos: el sentido de tener, el ser humano tuvo que ser reducido a esta pobreza absoluta para que pudiera ceder su riqueza íntima a l mundo exterior”
Es decir, estamos condenados a no apreciar la naturaleza humanizada porque no la poseemos, a saber, es difícil que se aprecien las obras de arte, los avances de las fuerzas productivas, la naturaleza que nos rodea y de la cual somos parte por el simple hecho de que no nos pertenecen. Esto sucede porque no se toma en consideración que es el ser humano por medio de la historia quien, por un lado, ha creado infinidad de productos y mercancías y, por el otro quien ha humanizado por medio de la poesía, el cuento, objetos como la luna, el mar, las flores, las máquinas etc.
Marx también se equivoca. Producto de lo que él llama en su Introducción o Prólogo “un análisis completamente empírico, basado en un estudio crítico concienzudo de la economía política” incurre en el error de darle al carácter subjetivo del trabajo enajenado la predominancia sobre el carácter objetivo: lo lleva a afirmar que la propiedad privada es resultado del trabajo enajenado y no al revés.
“1) Determinar la naturaleza de la propiedad privada evidenciado como resultado del trabajo enajenado, en su relación con la propiedad verdaderamente humana, social ”
La explicación de las cualidades del dinero que plantea Marx en base a un texto de Shakespeare es muy actual
“1) Es la divinidad visible; la trasformación de todas las cualidades humanas y naturales en sus contrarias, la confusión y trastorno de las cosas: hermana de las imposibilidades. 2) Es la puta común, el alcahuete común de pueblos y naciones”
Así el dinero puede convertir lo feo en bonito, lo execrable en loable. No es ajeno escuchar el refrán “Dinero mata carita”, el cual refleja en su máxima expresión la función del dinero en esta sociedad: hacer miserables a los hombres.
El objetivo de leer los Manuscritos sería, entonces, conocer una crítica profunda al modo de producción capitalista y, en consecuencia, enriquecer nuestra praxis cotidiana y coadyuvar a transformar radicalmente la sociedad en que vivimos, es decir, construir una nueva.
Interiorizar el pasado es saber vivir el presente y construir un mejor futuro.
Alejandro Cerezo Contreras
Preso de conciencia 1104
06 febrero 2003
CEFERESO #1
Cárcel de Máxima Seguridad “La Palma”