- Ya te siento parte de mi familia, le dije.
- Ya somos de la familia, me respondió sonriente, sin vacilar y con manifiesta cordialidad.
- ¿Cómo estás?
- Me siento bien. Yo no me he enfermado pues como los alimentos que nos dan. Hago ejercicio y juego en el patio, procurando no caer, bueno uno que otro raspón. Ahí la llevo. ¿Y tú, cómo te fue con las lluvias?
Antonio se enteró de los daños ocasionados por las fuertes tormentas pasadas. Enseguida comienza a platicarme de sus lecturas, pero yo le interrumpo: - Antes que comiences a darme la lección de historia y filosofía, permíteme que te informe que te traje unos libros que un amigo te envía, pero me dijeron en la entrada que primero tienes tú que avisar con anticipación a.. no recuerdo quién, que tu próxima visita te traerá libros. Ni modo así es la burocracia, tendré que regresarlos. También quiero que sepas que se encuentra Roberto en Trabajo Social esperando que le autoricen pasar a saludarte, así que ya no te sorprenderás cuando te digan que tienes otra visita.
Ahora si ya le entramos a otros temas. Platicamos sobre las razones que indujeron a Villa atacar la población de Columbus. También abordamos otros temas. Poesía, música, deportes, etc. Antonio es todo un intelectual. Le gusta la historia, sobre todo la de México. Da gusto platicar con él. Platicamos de todo lo que es posible platicar en una hora, porque eso sí, son bien puntuales, ni un minuto extra. Tuve que despedirme prácticamente de carrera.
A la 1.31 firme el libro de registro al salir del locutorio y a esperar, casi media hora a que llegara el custodio que me guiaría hacia la salida. Ahora me tocó esperar que Roberto pasara a saludar a nuestro amigo Antonio.
Gumaro