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Cumplen 6 años presos los hermanos Cerezo, hijos de Emilia

“Lo que importa es no perder la dignidad”, les dice. CIMAC-Por Gladis Torres Ruiz

Lunes 13 de agosto de 2007, por Comité Cerezo México

México DF, 13 agosto 07 (CIMAC).- “El día de hoy mis hijos Antonio y Héctor Cerezo Contreras cumplen seis años de permanecer como rehenes del Estado Mexicano, sin embargo aún falta por transcurrir año y medio para que cumplan la injusta condena de que son objeto en el Penal de máxima seguridad conocido como del Altiplano, antes la Palma”, señaló Emilia Contreras Rodríguez, madre de los hermanos Cerezo. La madre de Héctor y Antonio, acusados de las explosiones del 8 de agosto de 2001 contra tres bancos en la Ciudad de México, hizo responsable de lo que pueda sucederles a sus hijos dentro del penal a las autoridades actuales y al gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, en este año y medio que aún falta por transcurrir para que cumplan su condena. “De igual manera lo hago responsable de lo que pueda pasarle a mi hija Emiliana y mis hijos Francisco y Alejandro, que ya se encuentra en libertad después de permanecer prisionero cuatro años en la misma cárcel que sus hermanos, quien fue exonerado de los delitos que se le imputaron, siendo los mismos por los que permanecen aún prisioneros Antonio y Héctor”. En la carta, escrita desde la clandestinidad, dirigida a sus cinco hijos, Emilia Contreras, les pide resistencia, en especial a Antonio y Héctor quienes a un permanecen presos.”Han pasado seis años desde su aprehensión, tortura física y psíquica e injusta prisión, seis años en que continúan siendo rehenes primero del gobierno foxista y uno del actual gobierno, seis años en los que ni un sólo día he podido dejar de pensar en ustedes, en la injusta impartición de “justicia” de estos gobiernos que al mantenerlos en sus cárceles de máxima seguridad castigan los lazos consanguíneos que nos unen, lazos que ustedes no escogieron e imposibles de evitar”. Seis años en los que a través del internet me he enterado que al Estado no le ha bastado con mantenerlos prisioneros, dice, sino que los ha trasladado de prisiones, les limita las visitas, la correspondencia, el tiempo de sol, les atosiga con la vigilancia cada 10 ó 15 minutos; castigos que sumados al de mantenerlos privados de su libertad han tenido como objetivo doblegar su dignidad humana. Sin embargo, también me he enterado que ustedes continúan luchando por no perderla y han tenido el valor de denunciarlo y que a pesar de las rígidas normas carcelarias, que mantiene el Estado para no desenmascarar plenamente su esencia cruel e inhumana, leen lo que caiga en sus manos, escriben, pintan (aunque el penal se quede con lo que hacen) y hacen ejercicio. “Total, que a pesar de lo que haga el Estado, continúan creciendo como hombres. Héctor y Toño, reciban mi corazón y con él mi cariño inconmensurable, así como la confianza en que sabrán salir adelante durante este año y medio en que aún permanecerán en prisión, prepárense para todo porque éste será el tiempo en que Estado, gobierno y autoridades carcelarias tratarán de aprovechar para marcarlos con huellas indelebles”, enfatiza la activista. De la misma manera se dirige a su hija Emilia, quien a su ver mantiene otra lucha fuera de la prisión, junto con sus dos hermanos Francisco y Alejandro, “igual o tan presionados como ustedes dentro, ya que ellos también han recibido amenazas veladas de muerte por el hecho de defender no sólo a ustedes sino a todos aquellos que acuden a ellos porque sus derechos humanos están siendo violentados y lo que empezó como una lucha familiar ha trascendido al ámbito de lo social”. Las palabras que Emilia Contreras escribe a su hija desde algún lugar del planeta, son de motivación, amor y fortaleza. “Espero que estés bien y sobre todo que este tiempo de ir a visitar a tus hermanos en las diferentes prisiones de seguridad en donde han estado, no te hayan desgastado porque es a lo que le apuesta el Estado para aislarlos aún más”. Pues la tarea que te has impuesto no ha sido fácil desde el inicio, menos ahora ya que asistir a ver a tus hermanos constituye una exposición a la agresión psíquica y moral de tu parte y de quienes los visitan; al tener que semi desnudarse delante de quienes sean las custodios en turno. Sólo espero que hayas logrado hacerte de un caparazón tal que estas agresiones ya no lo constituyan y hayas elaborado de tal manera esta situación como una circunstancia inherente a la solidaridad con tus hermanos por el cariño que se tienen. “No creas que no he pensado en lo que tú también has tenido que pasar, pero siempre he tenido plena confianza en que lograrás superar cualquier obstáculo por grande que éste sea y de cualquier índole también, te lo digo, porque sé que se viene una etapa difícil y complicada, le dice Emilia a su hija de mismo nombre en su carta. Mientras que a su hijo Francisco le pide que cuando regrese nuevamente a nuestro país Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional (AI); Rupert Knox, representante de AI para México, y Florentín Meléndez Padilla, presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), les solicite que no olviden el caso de Antonio y Héctor, que aún permanecen en una prisión de máxima seguridad. En tanto que a su hijo Alejandro quien, después de tres años y medio, el 01 de marzo de 2004 salió libre exonerado de todo delito, le pide continúe con sus estudios y actividades. “Tú que ya sabes lo que es estar en las mazmorras del Estado, no dejes que Héctor y Antonio se sientan solos, ni ellos ni nadie más que sufra injusto encierro y malos tratos, te quiero tanto como a tus hermanos, que el cariño que nos tenemos y tenemos hacia los demás sea la fortaleza que te permita caminar a pesar de las amenazas que te hagan llegar”. La carta de la activista finaliza diciendo: “Mis amores todos, hasta la próxima, que cada golpe que el Estado mexicano trate de asestarles los fortalezca. Por nosotros, papá y yo, no se preocupen que cada quien vive como se lo propuso, intentando ser consecuentes con nuestro ideario, que por fortuna ya es el de muchos más. Tomen en cuenta que todos somos transitorios en este mundo y que lo que importa es no perder la dignidad”. EL CASO CEREZO El 13 de agosto de 2001, fueron detenidos y torturados los hermanos Alejandro, Héctor y Antonio Cerezo Contreras y el indígena nahuatl Pablo Alvarado, como presuntos responsables de las explosiones del 8 de agosto contra tres bancos en la Ciudad de México. Según información del Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos), organización no gubernamental dedicada al campo de la comunicación, el 17 de agosto de 2001 fueron enviados al Centro Federal de Readaptación Social número 1 “Altiplano” donde aún se encuentran recluidos Héctor y Antonio Cerezo, de 28 y 30 años de edad. Después de tres años y medio, el 01 de marzo de 2004, Alejandro salió libre exonerado de todo delito, lo cual confirmó que siempre ha sido inocente de los cargos de terrorismo, delincuencia organizada, acopio de armas, de cartuchos, de explosivos, daño en propiedad ajena y trasformación de artificios. Mientras que Pablo Alvarado, coacusado, salió después de cumplir una condena de cinco años, el 13 de agosto de 2006. Sin embargo, a pesar del cúmulo de pruebas a favor de Héctor y Antonio Cerezo y de haber sido condenados por los mismos delitos que Alejandro Cerezo, se les sentencia a permanecer recluidos siete años y medio enfatiza la organización civil.


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