¿Quién es? Se oyó decir a una mujer desde el fondo de la casa.
Heriberto, asustado, cerró la puerta y con sus pequeños pies corrió hacia la cocina gritando: ¡Es él mamá! ¡Es él! Josefina dejó de lavar los trastes de la cena. Recibió a Heriberto con la mirada triste. ¡Es él mamá, es él! ¡Te lo juro! Ven a verlo, por favor suplicó Heriberto. Josefina secó sus manos con el delantal y se dejó llevar por la pequeña mano de Heriberto.
Al llegar a la puerta, Josefina le advirtió: Voy a abrirla, pero si no hay nadie otra vez te quedas castigado, ya estoy cansada de tu juego, ¿entiendes? Heriberto, ansioso,
Asintió con sus ojos infantiles.
Entonces, Josefina abrió la puerta y…
Castigado nuevamente, Heriberto subió lentamente a su cuarto y se encerró. Alzó la cortina de la ventana y vio a Ignacio dar media vuelta y comenzar a caminar. En la sala Josefina miró una fotografía. Recordó a su esposo y pensó en lo mucho que les hacía falta desde el accidente. En su cuarto, Heriberto susurró: Papá y se quedó dormido
La Palma de Concreto
Preso de Conciencia: Héctor Cerezo Contreras
30-Junio-2003