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Activistas en México: morir por una causa

Jueves 5 de septiembre de 2019, por Comité Cerezo México

NOTIMEX 04.09.2019 - 20:35h Por Flor Goche

México, 4 Sep (Notimex).- El asesinato de activistas como mecanismo de represión perdura en México y el principal blanco son indígenas y personas defensoras del territorio, revelan organizaciones civiles.

En el último año, 38 personas defensoras de derechos humanos fueron asesinadas en el país a manos de agentes estatales. Es decir, en promedio tres cada mes.

Del total de esos crímenes, 18 ocurrieron durante el primer semestre del actual sexenio, los demás datan del último tramo de la gestión de Enrique Peña Nieto.

En su reciente informe sobre agresiones a personas defensoras, el Comité Cerezo y Acción Urgente para Defensores de Derechos Humanos (Acuddeh) constata que la violencia contra activistas disminuyó en lo que va de la gestión de Andrés Manuel López Obrador, pero no los asesinatos políticos, que mantienen una alta incidencia.

El estudio documenta también que más de la mitad de los activistas asesinados en este periodo defendían su territorio, situación que estaría reflejando el “interés por despojar los recursos naturales o sobreexplotarlos”, así como el latente “conflicto entre la política neoliberal de despojo y el derecho humano a una vida digna”.

Destaca que 68 por ciento de las personas asesinadas eran indígenas. Además, Guerrero y Oaxaca permanecen como los estados más mortíferos para las personas defensoras, al concentrar 42 por ciento de los crímenes cometidos entre junio de 2018 y mayo de 2019.

En estas dos entidades, junto con Chiapas, que registró seis asesinatos para el periodo referido, han acaparado la mayoría de las ejecuciones en los últimos años.

De acuerdo con activistas, grupos paramilitares serían los responsables de la mitad de los asesinatos cometidos en el actual sexenio.

Respecto al último semestre de la gestión de Enrique Peña Nieto, un policía municipal fue el único perpetrador plenamente identificado.

“Aunque el gobierno federal no está cometiendo directamente los asesinatos, se lava las manos al decir que es local y no detiene la dinámica de los estados”, apunta Francisco Cerezo Contreras, coordinador del Comité Cerezo.

De cuatro disparos, dos de ellos en la cabeza, fue asesinado Samir Flores, en febrero pasado afuera de su casa, ubicada en Amilcingo, Morelos.

El indígena nahua era uno de los principales opositores al Proyecto Integral Morelos y un día antes de su muerte había cuestionado al subdelegado del gobierno federal sobre la megaobra que incluye la termoeléctrica de Huexca, un gasoducto y un acueducto.

A partir de 2008, en el marco de la “guerra contra el narcotráfico”, la ejecución extrajudicial se generalizó como mecanismo represivo de eliminación de la disidencia social, asevera el Comité Cerezo y Acuddeh.

De las 38 personas defensoras asesinadas en el último año, dos son mujeres. Se trata de Estelina López Gómez, guardiana del territorio en Chiapas, quien fue ejecutada en enero pasado por un grupo armado, y de Eulodia Lilia Díaz Ortiz, asesinada dos meses después en el Estado de México y quien era beneficiaria del Mecanismo de Protección a Personas Defensoras del gobierno federal.

El resto de activistas asesinados durante el actual sexenio son Isaías Jalteco Ahujote, Bartolo Hilario Morales, Modesto Verales Sebastián, José Lucio Bartolo Faustino y Telésforo Santiago Enríquez.

También Julián Cortés Flores, Luis Armando Fuentes Aquino, Camilo Pérez Álvarez, Abirám Hernández Fernández, Samir Flores Soberanes, Gustavo Cruz Mendoza, Rafael Murúa Manríquez, José Santiago Gómez Álvarez, Noé Jiménez Pablo, Sinar Corzo Esquinca y Manuel Martínez Bautista.


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