Por Amaranta Marentes Orozco-1 septiembre, 2014
El 30 de agosto se conmemora, recuerda y lucha por las y los desparecidos a nivel internacional. La fecha fue proclamada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2010, bajo el nombre «Día internacional de las víctimas de desapariciones forzadas».
Este año diversas organizaciones sociales, así como madres, padres y familiares de desaparecidos, se dieron cita en la Alameda Central de la Ciudad de México para llevar a cabo un evento político-cultural en contra del olvido y el silencio.
Detrás del Hemiciclo a Juárez, alrededor de una fuente circular, los familiares de las víctimas y las organizaciones sociales acomodaron siluetas —hechas en cartón y vestidas con ropa convencional— que portaban en el pecho hojas con nombres, edades y lugares de la desaparición de alrededor de 35 personas. Más adelante, invitaron a los transeúntes a acercarse y ver «los rostros» de las personas que faltan.
También había carteles con las fichas de reportes de víctimas de desaparición, además de exigencias al Estado para la presentación con vida de cada una de ellas.
El evento comenzó con música. El grupo CereSon interpretó diversas adaptaciones de canciones populares en donde se hace referencia a la desaparición forzada.
Posteriormente tuvo lugar una pieza interpretada por el Taller de Danza Clásica y Contemporánea de la Facultad de Estudios Superiores Aragón (FES-Aragón), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que mezcló danza contemporánea con música y vestuario tradicional, presentando además una coreografía con el tema de la migración.
Entres los actos artísticos y culturales, los familiares de los desaparecidos ofrecieron algunas palabras al respecto, contándole a los asistentes quiénes eran las víctimas, a qué se dedicaban antes de su desaparición, sus edades, entre otras cosas. Así, tanto la madre de Itzel Abigail Santiago, como la hermana de Teodolfo Torres El Tío, comentaron que ambos tienen más de un año desaparecidos. La madre de Abigail se lamentó, «parece que se la hubiera tragado la tierra».
Durante el evento no faltaron las consignas, algunos transeúntes se sentaron junto a las siluetas mientras escuchaban música o veían la pieza de danza. Una de las organizadoras comentó, a través del micrófono, la importancia de recordar a las y los desaparecidos de todas las formas, incluyendo los eventos culturales.