Por Quetzal Contla
En la historia de México muchos de sus hombres y mujeres ilustres sufrieron la cárcel o terminaron sus días en ella por motivos políticos, desde Hidalgo [1]
, Allende, los hermanos Flores Magón, Madero o Siqueiros en dos ocasiones, Benita Galeana, Heberto Castillo [2], José Revueltas y una interminable lista de personas sometidas al encierro por sus ideas. Esto no lo quiero decir a modo de anécdota, sino que sirve para aseverar que el poder vigente siempre ha usado este instrumento de represión legalmente facultado para someter o suprimir a sus competidores o detractores de todos los tipos y orígenes imaginables, llámense vasconcelistas, henriquistas, del Partido Comunista, sindicalistas, ferrocarrileros, campesinos, perredistas, opositores a las altas tarifas de energía eléctrica, zapatistas, eperristas, erpistas y muy recientemente normalistas michoacanos.
Sin embargo el modelo no es estático, como en el caso de #1Dmx incluye la posibilidad de dejarlos en libertad condicional al poco tiempo -aún a Brian Reyes al que acaban de encontrar culpable y lo han sentenciado a dos años y medio de prisión aunque no ingresara al reclusorio-, de este modo se les obliga a enfrentar los costos y el desgaste de un proceso penal y para colmo se les priva de sus derechos políticos y ciudadanos como votar, ser votados o asociarse libremente. La absolución total de algunos podría perderse en el laberinto burocrático y no llegarles con la intención de dejar una sensación de que los estarán vigilando para siempre. Está liberación virtual de los detenidos de #1Dmx levanta una cortina de humo favorable para el Estado, hace parecer que el capitulo se cierra con la liberación aunque sus procesos sigan tras cortinas y sin reflectores, al enfocarse en el hecho de que no están tras las rejas se invisibiliza a todos los otros presos políticos del país que continúan internos, incluso el movimiento puede sentir como un logro ver a estos manifestantes en la calle pero el objetivo del movimiento no iba de esto.
De lo ocurrido el #1Dmx se desprende un mensaje singularmente perverso, cualquiera puede ser preso político si está en el lugar equivocado. El PRI trata de hacer sentir que el que se acerque a una marcha corre riesgo, que no solo al que levanta la voz se lo lleva la policía sino al que esta a un lado también.
Con el #1Dmx lograron acertar un fuerte golpe a la resistencia civil pacifica que se extiende por todo el país, al reprimir tan descarada e impunemente en pleno centro histórico de la capital logra en parte su cometido, infundir miedo, disminuir de facto las filas de la resistencia por ese mismo terror paralizante y logra desviar la energía de buena parte de sus participantes activos de sus objetivos, al movilizarlos en pos de la liberación de sus compañeros.
Digo que no es buena señal que más de cuarenta años después volvamos a pedir la desaparición de artículos que criminalizan la protesta social, hoy es del Art. 362 del Código Penal del DF, en el 68 fueron los artículos 145 y 145 bis. En el 68 pedían la disolución de los cuerpos de granaderos y policías represivas, hoy la petición se conforma con que no intervengan parapolicías y sujetos armados vestidos de civil.
Por eso propongo que en lugar de servir a la cortina de humo debemos aprovechar el momento para revelar a viva voz que #1Dmx dista mucho de resolverse con justicia y que en México los presos políticos y de conciencia son muchos y que son grotescas las condiciones de tortura y maltrato a las que han sido y siguen siendo sometidos. Como hace ver la lista del Comité Cerezo las historias de estos presos tienen características comunes muy generalizadas como la detención irregular, la desaparición forzada temporal, la constante práctica de técnicas de tortura, las amenazas de toda índole. Ya dentro de los penales siguen maltratos como total aislamiento e incomunicación, mala alimentación, negación de asistencia médica, persecución contra familiares y grupos de apoyo, entre otras.
No debemos de olvidar que una detención política es un crimen y siempre tiene un autor intelectual que debe ser visibilizado y detectado por la sociedad para poder ser neutralizado y que sus prácticas devengan y dejen de heredarse de una generación a otra sin barreras. En este caso son Enrique Peña, Felipe Calderón, Marcelo Ebrad, Miguel Ángel Mancera, Darío Chacón o Luis Rosales Gamboa los que tienen clara responsabilidad.
Soy de los que piensan que las marchas no sacan a los presos y que los mecanismos para ejercer presión para su liberación deben de modernizarse, fortalecerse y ser siempre radicales. Abogar por todos los presos por igual sin distinción de agrupaciones así como nos gustaría que la sociedad en su conjunto abogara por nosotros de ser el caso. Todxs podemos participar en las agrupaciones que les defienden o al menos en el diseño, producción y distribución de materiales que documenten y denuncien esta inaceptable situación. No son solo a los presos a los que les debemos hacer saber que no están solos sino sobretodo a los jueces y personal burocrático que llevan sus casos, los políticos que mueven los hilos deben sentir la presión de la sociedad organizada. Exijamos amnistías sin reservas, arranquemos a todos los presos políticos y de conciencia de las garras de las cárceles mexicanas.