¿Cuánto cuesta ver a un amigo, injustamente preso, en un Penal de Máxima Seguridad?

Ellos son los presos, que sufren a flor de piel la soledad, el miedo, la incertidumbre, los insultos, la sobervia de los que están al mando..., las decisiones que no pueden tomar, yo de digo a mi esposo, que se bloquee, que trate de no pensar, de no escuchar a los internos agresivos que no dejan de hablar de su delito..., no hay palabras para describir mi dolor, al saberlo ahí, al imaginar que por la sobrepoblación de internos, duerme en el piso, con insectos, con frío, con agua de lluvia que se cuela, con un intenso calor porque no les dejan prender sus ventiladores...Dios esté a su lado y no los abandone. La manera en que te sobajan para entrar a ver a quienes ya tienen sobajados, las revisiones y registros que tienes que pasar, la radiación que recibes en todo tu cuerpo en cada visita, sin tú firmar una autorización en que estás de acuerdo en pasar por radiaciones... Mujeres, madres, esposas, hermanas, hijas, amigas, novias, tenemos todas la misma mirada, las caras que nuestros presos llegan a ver una vez por semana, una vez al mes, una vez al año, o solo en sus momentos de nostalgia, que al cerrar los ojos, logren aún distinguir en sus recuerdos borrosos, un rostro que algún día amaron, tocaron y besaron. Estoy presa en mis recuerdos, en mi pesar, estoy presa igual que él, aquí afuera...Creanme, el dolor es tan denso que ahoga. Estoy a tu lado, cada noche, abrazandote en mi pensamiento, liberate amor, liberate.