En México, las peores desgracias terminan siendo material de rutina en los noticiarios, si es que todavía aparecen en ellos. A nadie parece escandalizarle ya otro decapitado, otro fraude, otro robo u otra mujer impunemente asesinada en Ciudad Juárez o en cualquier punto del país.
Para evitar que el feminicidio termine por convertirse en un elemento más del paisaje de desastre nacional, el dramaturgo Humberto Robles escribió una obra de teatro que con el tiempo se ha vuelto emblema en la lucha contra el olvido: Mujeres de arena, cuyos textos fueron reunidos por vez primera en un libro.
El volumen, editado por el sello Los textos de la capilla, se presentó la tarde del pasado viernes en Casa Lamm, con la presencia del autor, el periodista Jaime Avilés, el director teatral Boris Schoemann y las integrantes del colectivo artístico Mujeres sin miedo, entre ellas Ofelia Medina, Carmen Huete, Francesca Guillén, Claudia Santiago y Giovanna Casasola.
Con una combinación de diversos géneros y estilos, el libro es al mismo tiempo una denuncia en tono periodístico y una recreación dramatizada de los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, basado en el testimonio de los familiares de dos muchachas muertas y en el diario personal de otra.
Además, recopila poemas y reflexiones de Antonio Cerezo Contreras –quien, injustamente, estuvo preso siete años, acusado de pertenecer a la guerrilla–, Denisse Dresser, Malú García Andrade, María Job, Marisela Ortiz y Juan Ríos Cantú.
Schoemann recordó cómo Humberto Robles le pidió una oportunidad para escenificar su obra al menos por un fin de semana en el espacio del teatro La Capilla, aunque a final de cuentas terminó quedándose en cartelera por más de tres meses.
"Cuando un dramaturgo habla de los verdaderos problemas de la gente, los teatros se llenan y el público responde", afirmó, como lo demuestra el hecho de que ya se ha representado en más de 40 ciudades de México, Latinoamérica, Europa y Estados Unidos.
En su oportunidad al micrófono, Jaime Avilés destacó que Mujeres de arena, además de ser un conjunto de "testimonios desgarradores y a veces insoportables" sobre los feminicidios, es al mismo tiempo una oportunidad de reflexionar sobre la inmensa descomposición de un esquema económico y político que ha llevado a la ruina al país.
“La tragedia de Ciudad Juárez –afirmó el autor de Desfiladero, columna de este diario– es una expresión del agotamiento de un modelo completamente superado, como acabamos de ver con gran dolor en la resolución de las honorables momias de la Suprema Corte de Justicia con respecto a Acteal.”
Si a esa afrenta añadimos lo ocurrido en la guardería ABC, de Hermosillo; el anuncio del secretario de Hacienda de que habrá un agujero de 300 mil millones de pesos en el presupuesto del próximo año, y los más de 100 niños muertos por desnutrición cada día, "llegamos a la conclusión de que esto se pudrió, y que los únicos que pueden hacer algo para resolverlo somos cada uno de nosotros".
Por su parte, Humberto Robles destacó que además de llamar la atención sobre el drama de Juárez, el libro también es un llamado de alerta e indignación hacia otros ejemplos de abuso de poder en el país.