“El gobierno tiene todos los medios para encontrarlo, si tuvieran voluntad, lo encontrarían”, Mónica Torres Soriano.
El 24 de marzo se cumplieron siete años de la desaparición forzada de Teodulfo Torres Soriano, “luchador social y activista por conciencia, no porque le hubiera pasado algo”, nos relató en entrevista para La Pedrada su hermana, Mónica Torres Soriano.
El 1° de diciembre de 2012, día que Enrique Peña Nieto (EPN) asumió la presidencia, se llevó a cabo una protesta social en las inmediaciones de la Cámara de Diputados, en donde una bala de goma se impactó contra el cráneo de Juan Francisco Kuykendall, dramaturgo y activista, la cual le provocó fractura expuesta de cráneo con pérdida de masa encefálica. Posteriormente falleció, por lo que se convirtió en una ejecución extrajudicial.
El hecho quedó registrado en la cámara de video de Teodulfo, por lo que se convirtió en testigo clave de este acto de represión. El “Tío”, como también le conocen, tenía que acudir a declarar el 26 de marzo de 2013 sobre el caso de Kuykendall, pero no se presentó, ya había sido desaparecido.
Mónica comentó que sobre el caso de su hermano, las autoridades “dicen que es privación de la libertad” y a siete años de la ausencia del “Tío”, apenas se está trabajando para que el caso se considere como desaparición forzada.
Señaló que se hizo un retrato de progresión de su hermano “ahorita ya está, para llevarlo a los psiquiátricos, realmente siempre lo buscan en esos lugares, no sé por qué, pero siempre salen con eso”. Esta situación es una imposición del Estado desde el sexenio de EPN, que continúa con el de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Los amigos de Teodulfo, a pesar de no creer en las autoridades, acudieron a declarar sobre la desaparición del “Tío” comenta Mónica, “no creían en las autoridades, no querían saber nada de autoridades, sin embargo, se presentaron”. En junio de 2018, los volvieron a citar a declarar y en junio y diciembre de 2019 insistieron con esta situación.
Al hablar sobre el acceso a la justicia, Mónica dijo que es una cuestión que les ha sido negada: “completamente, porque no dan resultados. Las autoridades no nos dan información tan fácil porque dicen que pones en riesgo la seguridad nacional. Son siete años y hasta ahorita no se logra saber nada”.
“Seguimos con la presión a las autoridades, aunque no hemos visto nada, pero sabemos que tenemos que seguir ahí, presionando”, detalló. De no encontrar respuesta en el Estado mexicano agotarán todas las instancias locales, “si las instancias internacionales siguen, es ahí donde tendremos que presionar”, abundó.
A pesar de esta cuarentena, Mónica seguirá con la exigencia de presentación con vida de su hermano “nada más por las restricciones que pone el gobierno, sino fuéramos hasta allá (instalaciones) a exigirles, pero, aunque sea por los medios digitales, seguiremos exigiendo la presentación con vida de Teodulfo”.
Aseguró que “el gobierno tiene todos los medios para encontrarlo, si tuvieran voluntad, lo encontrarían, yo sé que ellos se lo llevaron. Tienen todos los medios porque se pueden comunicar con todas las dependencias. Ellos saben en dónde está, porque tienen muchas cámaras”.
Ha sido un largo camino para Mónica, sin embargo, en estos siete años ha aprendido sobre la desaparición forzada, la solidaridad, el sufrimiento: “aprendí que los que desaparecen no los encuentra uno tan fácilmente como yo pensaba, conocí casos como los de Rosendo Radilla y de la Guerra Sucia, ahí me di cuenta de eso”.
Desde su experiencia contó con la suerte de que “en el caso de mi hermano, como es activista, y tiene varios amigos que tienen colectivos que están organizados, es mejor que te acompañen, que pidas la ayuda de ellos y te guían”.
Manifestó que “no desaparecen los activistas como el gobierno luego te hace creer o la gente también te da sus opiniones cuando buscas a tu hermano, te dicen que es porque se anda poniendo con el gobierno, pero no son los que desaparecen nada más, porque en la mesa de trabajo con el gobierno, de 40 familias, el único activista era mi hermano”.
Recordó que antes de que AMLO asumiera la presidencia en 2018, acudió al Centro Cultural Tlatelolco para entregar los documentos del caso de su hermano “ahí entregué los papeles de mi hermano, la foto de mi hermano. A Obrador ya no lo alcancé, y los tomó (Alejandro) Encinas. Ese día dijeron que iban a acabar con la injusticia, con la represión y que con los desaparecidos iba a hacer todo lo que estuviera a su alcance para encontrarlos”, por lo que exige a AMLO que cumpla con lo que dijo desde antes de que tomara posesión de su mandato.
Llamó a la unidad a los familiares de víctimas de desaparición forzada: para “seguir presionando a las autoridades. Tenemos que seguirlos buscando vivos, porque así los vimos la última vez, aunque las autoridades te quieran meter a la cabeza la posibilidad de que estén muertos. Vivos los tenemos que seguir buscando hasta que los encontremos”.
El caso de Teodulfo Torres Soriano también forma parte de la Campaña Nacional contra la Desaparición Forzada integrada por el Comité Cerezo México, el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos “Hasta Encontrarlos”, El Frente Nacional de Lucha por el Socialismo, entre otros y en el marco de la Semana Internacional del Detenido Desaparecido es importante que no demos ni un paso atrás para exigir la presentación con vida de nuestros desaparecidos.