Me acuerdo que mi papá me enseñó esa canción porque nos daba mucha risa “Oye Bartola, ahí te dejo estos dos pesos, pagas la renta, el teléfono y la luz, con lo que sobre...” además de la creatividad de la letra, me daba risa pensar que a la pobre Bartola le pidieran que hiciera milagros con el dinero. “¿A quién se le ocurre?”, me preguntaba. Hoy| ya no me da tanta risa, o a veces sí, pero más bien porque ya no queda de otra más que reírse de lo absurdo, en vez de llorar, por ver que de plano no alcanza.
Primero pensé que no me administraba bien, que siempre buscaba darme algún gusto, pero no, sobre todo este año, cuando empezaron los gasolinazos, hasta evitaba ir al super para no ver cómo las cosas estaban a precios increíbles, no podía creer que la misma bolsa de cereal que en diciembre me había costado 30 pesos ahora estaba cerca de los 50 ¡casi el doble! Y así semana tras semana. Busqué entonces lugares donde pudiera hacer rendir un poco el gasto y la fui llevando porque mi familia me ayudaba con una lata de atún, un poco de semillas y así se iba haciendo más llevadero. Me preocupé más cuando me di cuenta que yo estaba así y eso que no tengo hijos o personas a quien cuidar. No es por presumir, pero en mi trabajo me esfuerzo, cumplo, me preparo, trato de estar lo más al pendiente e incluso dar más. Entonces no es falta de ganas. ¿Por qué no alcanza?
Me puse a leer el periódico y a preguntar, les quiero compartir algunos datos que vi y que me están dejando con la boca abierta:
- A partir de 2012, cambió el panorama. Hoy 21 millones de personas ganamos 1 o 2 salarios mínimos, o sea, unos 100 pesos al día. Cuando en 2005, éramos 15 millones en esa situación. Es decir, somos más los que ganamos menos.
- En cambio, sólo 3 millones ganan 5 salarios mínimos o más, al menos 500 pesos al día. En 2005 eran 5 millones en esa situación. Cada vez son menos los que ganan un poquito más.
- A partir de 2010 bajó mucho la cantidad de personas con seguridad social. De todas las personas que trabajamos menos de la mitad cuentan con ella.
- Países como Guatemala, Panamá o Costa Rica ganan el doble o más por el mismo trabajo. Y eso que pensábamos que ellos eran los jodidos.
- Lo peor, en sólo 30 minutos de nuestra jornada, ya le generamos al patrón la ganancia de todo el día, entonces, ¿quién se queda con nuestro trabajo?
Sí me amargué, la verdad, me sentí como una verdadera Bartola. Me da coraje, pero me siento peor si me quedo cruzada de brazos, escribir este artículo ya es un paso, pero tengo que hacer más con mis vecinos, con mis colegas para que esto no sea así ¡No se vale!
Vecina de Coyoacán