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Atienden efectos psicosociales de represión política en México, desde trabajo colectivo

Martes 9 de mayo de 2017, por Comité Cerezo México

Héctor Cerezo, Coordinador del área de acompañamiento de la organización de derechos humanos Comité Cerezo México, se refirió a las estrategias de represión política que se vive en este país.

8 de Mayo 2017

Fabiola Pomareda García / pomaredafabiola@gmail.com

Es larga la lista de efectos psicosociales negativos que está teniendo en personas defensoras y activistas la represión política que se vive en México. Según explican activistas que trabajan en esta área, éstos van a depender de cada persona, de su tolerancia a la frustración, historia previa, identidad, sustento ideológico, si pertenece o no a algún colectivo u organización, y de los mecanismos para afrontarlos. Sin embargo, la vivencia de la represión política también puede ser procesada de manera positiva si se trabaja para convertir todos estos efectos en herramientas de resistencia.

Pánico, terror, dolor, inseguridad, hipervigilancia, recelo, incertidumbre. Sensación de vulnerabilidad, aislamiento, suspicacia, ira, culpa, frustración.

Es larga la lista de efectos negativos que puede tener la represión política.

A nivel individual, la represión política afecta la integridad fisica y psicológica, pues atenta contra la dignidad humana. Los impactos psicosociales de la represión política que se vive en México se expresan en diferentes niveles: individual y familiar, organizativo y comunitario y a nivel social.

Ellas y ellos han trabajado en identificar los efectos psicosociales de la represión política. Según explican , éstos van a depender de cada persona, de su tolerancia a la frustración, historia previa, identidad, sustento ideológico, si pertenece o no a algún colectivo u organización, y de los mecanismos para afrontarlos.

AUDIO COMPLETO:

Héctor Cerezo, Coordinador del área de acompañamiento de la organización de derechos humanos Comité Cerezo México, se refirió a las estrategias de represión política que se vive en este país.

Esto fue durante el conversatorio “Activismo mediático y criminalización de activistas defensoras de derechos humanos y periodistas”. Este se realizó en octubre del año pasado, en Ciudad de México, y fue organizado por la Asociación Voces Nuestras, con apoyo de la Fundación Rosa Luxemburg Stiftung.

“Efectivamente nosotros decimos que partimos de una crisis estructural, de una regresión en materia de derechos humanos, económicos, sociales y culturales, y para nosotros la motivación detrás de esto es un proyecto económico neoliberal, que está depredando la naturaleza y está exigiendo la explotación aún mayor de los seres humanos. Esto también genera, no sólo esas violaciones estructurales por un sistema injusto, sino también genera que la gente proteste, se organice, luche. Ante esto el mismo estado va a responder, no solucionando las demandas legítimas, sino con una estrategia de represión política hacia el movimiento organizado; pero también hacia el movimiento no organizado. ’Si estás organizado te pego, y si no estas organizado también te pego para que no se te ocurra algun día organizarte’.

Dentro de la documentación que hemos hecho, nosotros registramos de junio de 2015 a mayo de 2016 un total de 968 actos de violaciones de derechos humanos en contra de personas defensoras de derechos humanos. Dentro de estos actos de violación tenemos cuatro grandes campos. Uno es la agresión a personas defensoras de derechos humanos, agresiones, hostigamiento, amenazas, criminalización, incluso registramos una agresión a gente que está dentro del mecanismo [de protección], intervenciones de comunicación. Las agresiones las desglosamos en físicas, desalojo, disparos, robos, daños a inmuebles, intentos de ejecución. Luego amenazas de muerte, que puede ser escrita, verbal, electrónica, simbólica. Subió el porcentaje de agresiones en este informe respecto al anterior. Otro de los aspectos importantes es que las violaciones de derechos humanos a personas defensoras se concentran sobre todo en los estados de Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Ciudad de México, no porque no existan violaciones en otros estados, pero el sureste es donde históricamente hay una importante lucha social pero también una importante historia de represión por motivos políticos.

El informe nos muestra que hay una estrategia de represión política que sí va cambiando con el tiempo. También tiene diferentes modalidades conforme al territorio, a la organización que están atacacando y al perfil de la organización. Sí hay una diferenciación. No es tabula rasa de que a todos les pego igual y parejo. Hay alguien que sí está pensando la estrategia de represión política en contra de personas defensoras de derechos humanos.

Lo que vemos es que ya tenemos prácticamente 10 años desde el 2006, cuando oficialmente inició la guerra contra el narcotráfico, que nosotros llamamos una guerra contra el pueblo, contra la sociedad. Entonces tenemos procesos de militarización, paramilitarización, criminalización, la construcción de ese enemigo interno para justificar la violación a derechos humanos”.

El libro “Defender los derechos humanos en México: la represion politica, una practica generalizada”, fue elaborado por la gente de Acción Urgente para Defensores de Derechos Humanos ACCUDEH, la Campaña Nacional contra la Desaparición Forzada y el Comité Cerezo México.

Ellas y ellos han trabajado en identificar los efectos psicosociales de la represión política. Según explican , éstos van a depender de cada persona, de su tolerancia a la frustración, historia previa, identidad, sustento ideológico, si pertenece o no a algún colectivo u organización, y de los mecanismos para afrontarlos.

Puede presentarse también el abandono de actividades, en la casa, en la escuela, en la organización, en la comunidades.

Sin embargo, la vivencia de la represión política puede ser procesada de manera positiva si se trabaja para convertir todos estos efectos en herramientas de resistencia.

Por ejemplo, hay efectos que se consideran positivos, como producto de una reconstrucción y resignificación de los hechos: dignidad, confianza, esperanza, seguridad, compromiso, creatividad y afirmación del sustento ideológico.

“Como ACCUDEH tenemos un área de atención a defensores y defensoras que por su labor han sufrido hostigamiento, amenazas y otras formas de represión y toda esta parte que es más difícil de verla, de contarla, inclusive de estadísticamente ponerla porque nos está mostrando que otro de los objetivos de la represión política es la polarización del tejido social y su ruptura. No se pueden explicar muchas cosas si no entendemos que el fin último es desestructurar a una sociedad , volverla una sociedad incapaz de organizarse, incapaz de luchar, incapaz de solidarizarse entre sí y les ha funcionado en muchos de los aspectos y también la lucha de las mismas organizaciones es un reflejo de esto, polarizadas, sectorizadas, cada quien rascándose con sus propias uñas, cada quien creyendo que su problema es el problema más grande del mundo. Y eso implica procesos de no coordinación y lo más grave es que efectivamente han logrado el aislamiento de unas organizaciones, y eso permite que las hayan golpeado mucho más fuerte. Una vez que logran que una organización sea aislada, estigmatizada por la otra parte del movimiento social, van a intentar que muera”.

ACCUDEH tiene actualmente un área de salud mental para la atención de víctimas, familiares y amigos de víctimas de represión política. También para personas defensoras de derechos humanos, luchadores sociales, activistas y exmilitantes de grupos insurgentes.

Flor Goche, Coordinadora de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México, contó que esta red también trabaja en la atención de estos efectos.

“La Red Nacional agrupa a 218 defensoras del país, con presencia en 23 estados y lo que hacemos es tener un modelo de protección integral que en nada se parece al modelo del Mecanismo de Protección, sino más bien retoma todas las prácticas que las mujeres han hecho en materia de protección dentro de sus organizaciones, tratamos de identificar todos estos componentes de género, tenemos el registro, tenemos el grupo de seguridad y acción urgente, que se encargan de atender los casos de defensoras que están en una situación fuerte de riesgo, se hacen análisis de seguridad en donde tratamos de incorporar esta perspectiva feminista y perspectiva de género.

Por otro lado tenemos un grupo de autocuidado, que también forma parte de esta perspectiva feminista de la red y este grupo se encarga sobre todo de atender a defensoras que no están en una situación de riesgo en ese momento; pero que sí traen un desgaste, como consecuencia del ejercicio de su labor y lo que les genera todo este contexto violento. Entonces lo que se hace en este grupo de autocuidado es que hay posibilidad de estancias temporales.

En Oaxaca apenas se acaba de inaugurar una casa específica para el autocuidado, que es la única que se tiene en México con estas características y se da estancias temporales de alrededor de 15 días a las defensoras, en donde se hace una serie de terapias y trabajos con ellas; son estancias colectivas para que ellas mismas vayan asimilando estos procesos de desgaste y teniendo herramientas para seguir adelante. A lo que nosotros apuntamos es a poder fortalecer el movimiento social porque muchas defensoras que forman parte de la Red pertenecen a distintos movimientos y organizaciones sociales y creemos que también es importante tratar todas estas situaciones de desgaste, todo el impacto emocional que generan estas agresiones y el contexto de violencia en el que nos desempeñamos y que en muchas ocasiones es lo que merma la labor de las defensoras.Y buscamos atender esto desde este modelo de atención integral feminista”.

Goche está hablando de Casa La Serena, un espacio de estancia temporal en Oaxaca.

Fue creado el año pasado para la recuperación, sanación, descanso y reflexión de defensoras de derechos humanos que atraviesan por situaciones de cansancio extremo, desgaste emocional o físico, crisis personales, duelos o pérdidas no resueltas u otras circunstancias que derivan del contexto de violencia y cultura patriarcal en el que desarrollan su trabajo y que obstaculizan su labor de defensa.

Casa La Serena es un proyecto coordinado por el Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca A.C. y una de las estrategias de protección integral que impulsa la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de derechos humanos.

Reciben mujeres de El Salvador, Honduras, Guatemala, México y Nicaragua.

Estas defensoras y activistas viven y ejercen su labor en contextos de violencia estructural y patriarcal que implican enfrentar cotidianamente un alto riesgo para su vida, al tiempo que les impone una dinámica colectiva extenuante, elevados niveles de estrés y consecuencias negativas para su salud física, emocional, mental, energética y espiritual.

Según un diagnóstico que hizo la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de derechos humanos en el 2012, un 56 por ciento de las defensoras dedica entre 4 y 6 horas diarias a tareas domésticas y de cuido. Además, un 60 por ciento realiza su labor de defensa de forma “voluntaria”; y un 50 por ciento requiere de otros trabajos para obtener mayores ingresos.

Un 83 por ciento de ellas ha padecido alguna manifestación de estrés cotidiana; 81% había padecido durante el último año, previo al diagnóstico, alguna enfermedad que requería cuidado permanente.

La Casa La Serena centra su valor en el trabajo político colectivo, en el poder que se genera cuando las mujeres defensoras se apoyan e interpelan en el grupo, cuando construyen diálogos, intercambios y aprendizajes conjuntos, cuando la escucha activa y el testimonio “de la otra” enriquece y nutre a su vez la experiencia de vida de cada defensora que participa.

También recupera la salud holística, las terapias alternativas y la medicina tradicional de los pueblos ancestrales. Incorpora la creación y el arte, la literatura y la terapia narrativa como parte de los procesos de sanación. El autocuidado y la sanación se toman como una acción política y como parte de la protección integral. Por eso se incorporan como herramientas el análisis de riesgo y el plan de seguridad que se harán dentro de la estancia temporal con las defensoras.


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