San Bartolo Ameyalco: La defensa del agua y el territorio
by Gisela Martínez / Crónicas / 11 mar 2015
Alberto Miguel tiene 38 años, es herrero, padre de tres niñas muy apegadas a él. La mayor de ellas cumplió quince años en enero, cuando su padre cumplía 8 meses en prisión. Las otras dos de trece y diez años esperan que regrese pronto a casa. A mí como mamá sólo me queda luchar para que salgan libres porque no son culpables de nada. Refugio Linares, madre de Alberto Miguel Pérez Linares. Alberto está detenido desde el 21 de mayo del 2014.
Eran cerca de las once de la mañana, Miguel iniciaba el recorrido hacia su trabajo, allá por la colonia Morelos en la delegación Cuauhtémoc, iba acompañado de su hermano. Durante su trayecto cotidiano por San Bartolo Ameyalco un grupo de granaderos comenzó a arrojar piedras cerca de ellos, por precaución corrieron… Miguel tropezó y cayó; fue alcanzado por una multitud de granaderos que lo patearon y golpearon, le abrieron de la cabeza a la frente; así fue subido a una patrulla. La atención médica que recibió fue en el trayecto, un paramédico le suturó la herida en la misma patrulla sin ninguna higiene ni precaución.
Miguel nunca imaginó que sería trasladado al Reclusorio Oriente y menos acusado del delito de ataques a la paz pública (considerado como grave) y de lesiones contra el ejercicio legal de la autoridad, cuenta Refugio, madre de Miguel, pues fue detenido horas antes de que empezara el operativo que derivo en una trifulca el 21 de mayo del 2014 en el poblado de San Bartolo Ameyalco, en la Delegación Álvaro Obregón.
Ameyalco, es un pueblo al poniente de la Ciudad de México, significa “Lugar donde nace el agua”, es relevante porque cuenta con un manantial de aguas claras y puras. De ahí se abasten sus habitantes, un privilegio que sólo pocos poblados de la Ciudad de México poseen.
La historia del pueblo se remonta a la era precolombina, cuando los antiguos Tlatetelcos (pescadores que se cree provenían del señorío de Texcoco) se asentaron en los márgenes de la laguna de Xaxalpa. Después de la colonia las tierras y pobladores pasaron a propiedad del Marqués del Valle. Siglos después, los pobladores se organizaron para comprar esas tierras. Tierras que también defendieron en el México post revolucionario, datos que refieren la investigación de la antropóloga Alicia Córdova.
Las batallas de Ameyalco han sido principalmente en tribunales y han logrado revertir dos decretos expropiatorios, uno de 1976 y otro de 1991, pero no la autorización del cambio de uso de suelo de 1991 por lo que el crecimiento urbano ha absorbido en mayor medida a la comunidad rural.
A la par de la defensa de la tierra también se han defendido los manantiales de Atexquilo, que al estar en territorio de Ameyalco forman parte de la comunidad. La última lucha es contra la construcción del “Proyecto de Agua Potable”, impulsado por la autoridad delegacional de Álvaro Obregón y que según lo señalado en el acuerdo publicado el 21 de junio del 2014 en la Gaceta Judicial del Distrito Federal, beneficiará a la población, pues lo que busca es jalar agua del río Cutzamala para reducir el déficit en el suministro. Sin embargo, los pobladores se muestran descontentos y se han organizado bajo el nombre de “Grupo de trabajo Permanente de San Bartolo Ameyalco” para impedir la construcción del proyecto pues aseguran que no fueron consultados ni informados.
Refugio cuenta que acudió a una asamblea en la que el delegado de Álvaro Obregón, Leonel Luna les dijo “qué les cuesta darnos tantita agua”, para ella, eso confirmaría el rumor de que el agua del manantial sería llevada a Santa Fe y a cambio les dejarían el agua “sucia” del Cutzamala.
Desde esa el 21 de mayo del 2014, Miguel junto con Javier Brígido Castro y Eduardo Mejía Nava permanecen detenidos, los pobladores y otras organizaciones que acompañan el caso los consideran presos por motivos políticos. Han emprendido la batalla jurídica y lograron un amparo donde la juez señala que se debe modificar el auto de formal prisión pues no se confirma que existiera agravante, un pequeño logro que les permitiría enfrentar el proceso en libertad aunque la demanda es que los detenidos sean liberados de forma inmediata e incondicional, explica Antonio Cerezo del Comité Cerezo, organización que acompaña el caso.
Sin embargo, esa sentencia de amparo fue impugnada por la Procuraduría General de la República a través de un recurso de revisión, “eso es una irregularidad muy grande”, explica Cerezo, “pues no tiene ninguna competencia al no tratarse de delitos federales ya que las únicas autoridades que intervinieron fueron locales”.
Si Miguel no hubiera sido detenido su madre no se hubiera involucrado en las asambleas, ella lucha porque los cuatro sean liberados pero ahora también porque San Bartolo Ameyalco conserve el manantial que da de beber a sus habitantes.
@GIseleando