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Relatoría de las visitas realizadas a Antonio Cerezo

Penal de exterminio de Matamoros Tamaulipas

Jueves 12 de enero de 2006, por Comité Cerezo México

Se asigna el locutorio 4 y hacia allá me conducen, previas revisiones, registros y fotografías, de nuevo. De manera simultánea Antonio y yo entramos, cada quien por un extremo, claro, me recibe con una sonrisa y un saludo por medio del cristal que nos divide. ¿Qué tal de fiestas? me pregunta, y me dice: ando crudísimo de Coca Cola. Enseguida me explica: nos asignaron dos botellas de dos litros de refresco, una por navidad y otra por año nuevo como regalo para cada interno. -Por lo menos de envenenamiento no te quieren eliminar, bromeo.

Le agradezco la correspondencia y el cuadro que me envió, una reproducción de Rivera a lápiz de color. Platicamos diversos temas triviales; la final de soccer en Monterrey contra Toluca, los conciertos en puerta de U2 y los Rolling Stones en lo cual discrepo con Antonio pues yo prefiero a los Stones, en fin temas triviales pero tratados de forma crítica, para obvio, llegar a la conclusión de que son o funcionan estos eventos como medios de enajenación. El circo a falta de pan, en palabras de Antonio.

En forma de broma, como se desarrolla la mayoría de nuestra conversación, le comento sobre las entrevistas que estuvo presentando el noticiero de López Dóriga a conocidos delincuentes recluidos en prisiones de máxima seguridad.

Le pregunte: “Estuve esperando tu entrevista, chance y aumente el valor del cuadro que me enviaste”. Se tira una carcajada y dice: “No (a los imperdonables no), jamás nos entrevistarían, pues ellos saben bien que la aprovecharíamos para denunciar la injusticia de que somos objeto y argumentar nuestra defensa, además, ¿yo de que me voy a arrepentir? podrán arrepentirse aquellos que hicieron un mal a la sociedad, pero yo no”. Y agrega: “Aquí, ente los internos causó molestia, es decir existe una especie de código entre los delincuentes que ven con malos ojos el que uno de ellos se arrepienta y se someta de esa forma, dicen ellos [me comenta], saben en lo que andan metidos, así es que no les queda andar lloriqueando”.

“Yo, dice Antonio, no veo mal el que se arrepientan, tal vez las circunstancias los orillaron a hacer lo que hicieron, lo que si veo mal es la forma en que es utilizado ese arrepentimiento, no es otra cosa que tratar de apuntalar el desprestigiado sistema penitenciario federal, luego de la serie de asesinatos, fugas y casos de escandalosa corrupción que se han dado en las ultimas fechas...” En esos momentos, una pareja de policías ha ingresado al área donde nos encontramos, por lo que se interrumpe la conversación, ¿ya terminó el tiempo? pensé en voz alta “No”, aclara Antonio, poniéndose de pie, es la lista. Un oficial con voz alta menciona un número que no recuerdo. Antonio ya de pie contesta de la misma
forma: Antonio Cerezo.

Me recuerdo que Antonio es considerado como ultra peligroso por la autoridad del CEFERESO luego de haber sido trasladado de la Palma, lo que explica que se le pase lista con mayor frecuencia que a los demás internos.

Los tiras finalmente se van y reanudamos la conversación, Dándome como ejemplo el evento que acaba de ocurrir, me da un rosario de arbitrariedades que se cometen dentro de la prisión, son reglamentos internos, nos dicen, pero son anticonstitucionales y ningún reglamento puede ir por encima de la constitución. Yo, trato de evadir el tema, pues pienso que se pone en riesgo la autorización de mi próxima visita, intento cambiar de conversación y Antonio se da cuenta por lo que me dice: “no te preocupes, aquí el peligroso soy yo, el problema no es que tu seas nocivo para mi readaptación sino que yo lo sea para ti y los que están afuera. Así lo ven estas gentes”, refiriéndose a las autoridades del CEFERESO.

El tiempo ha terminado y el oficial nos lo informa. Nos despedimos como se hace en estos lugares, por medio de un cristal, hasta pronto, de todas formas nos escribimos, sale.

01 de enero

Roberto


¡Feliz Año! Me dice Antonio al saludarnos este primero de enero del 2006. Yo le correspondo el saludo agregando que abrigo la esperanza de darnos el abrazo en este año pero fuera del penal.

Me disculpe con él por haber dejado pasar tanto tiempo para mi cuarta visita que hice acompañado del Roberto quien también tuvo oportunidad de pasar a saludar a Antonio por segunda ocasión.

(Como ya he referido en mis relatorías anteriores, en el penal de alta seguridad de Matamoros, sólo nos permiten la visita una hora y en un locutorio. Como ya tengo credencial mi acceso es más rápido)

Esta vez platicamos de muchas cosas: de Ale, su hermano, de libros y de música, y sin faltar el tema de la política. Quedó de escribirme su opinión respecto a las campañas políticas y por supuesto también sobre La otra campaña. En fin, fue una charla muy amena que cuando nos dimos cuenta ya el celador estaba abriendo la puerta del locutorio para que me saliera y no nos quedó más remedio que posar nuestras manos en el cristal para despedirnos.

Antes de partir del penal recogí en oficialía de partes un sobre que Antonio me depósito para el día que yo llegara a visitarlo. Quiero aquí compartir con las y los amables lectores parte del contenido. Me dice Antonio:

“Definitivamente, este año no ha sido un buen fin de año para mis hermanos, pues apenas hoy (28 dic 05) hablé con Ale y me dijo que hace unos días estuvo muy mal”.

“sigo preocupado por su salud, pues lo que le pasó fue grave y temo pueda recaer -espero que eso no pase-.”

“Espero que esté bien, pero me siento inquieto, sé que nada puedo hacer por él (salvo estar lo más tranquilo posible), pero no dejo de sentir cierta preocupación por él”.

“Hasta enero 16 del año pasado (2005) había vivido con él en la cárcel (La Palma) y ahora estoy feliz de no saberlo preso; aunque triste por no poder ayudarlo”.

“En fin, son cosas que se enfrentan en la vida cotidiana, pero que se viven de manera diferente desde la cárcel, pues ésta te obliga a ser un espectador, involuntario, por supuesto”.

Lo anterior y muchas otras cosas más me dice en su carta de cinco hojas por ambos lados.

El sobre contiene además sus Reflexiones sobre la revolución mexicana 1910-191? Escritas a mano en 17 páginas. Es un estudio muy interesante e importante para comprender el aspecto fundamental que determinó las alianzas y las rupturas entre los diferentes jefes y ejércitos revolucionarios de aquella época.

Quien o quienes se interesen conocer el trabajo de Antonio me lo pueden solicitar a través del Comité Cerezo pues a éste le enviaré una copia.

Hagamos posible la liberación de nuestros presos de conciencia y políticos este año.

Gumaro

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