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Praxis y enajenación

Martes 17 de junio de 2003, por Comité Cerezo México

La enajenación del hombre es obra suya, es él, quien se enajena o siendo más exactos se autoenajena. El fenómeno de la enajenación sólo es posible ahí donde existe sociedad, donde existe praxis. Por ello, la enajenación es exclusivamente un fenómeno humano. Pero, ¿por qué siendo el hombre un ser de la praxis; racional, creativo, transformador, práctico se autoenajena?

El hombre abandonó el mundo meramente animal, zoológico a condición de desarrollar su praxis en dos vertientes: como praxis creativa y como praxis enajenada. Por un lado, la praxis creó las bases materiales e intelectuales para el desarrollo del hombre y de la sociedad, pero, por otro lado, en ese mismo proceso histórico, revistió de un carácter enajenado su relaciones sociales (al convertirlas en relaciones de producción) y se enajenó a si mismo. Desde que el hombre se constituye como tal, como ser de la praxis, ésta se desarrolla pro medio de un desdoblamiento de si misma; como praxis creativa y praxis enajenada. Desdoblamiento que entraña una contradicción. Es decir, el hombre surge como tal en contradicción no sólo con la naturaleza sino también consigo mismo.

Parece que la humanidad sólo pudo encontrar un camino para hacerse de historia. El hombre se creó como ser histórico, racional pero a condición deautoenajenarse. Ahora bien, la enajenación de la praxis (y de sus productos) aparece cuando:

“... se transforma en algo independiente de estos mismos individuos, cuando la mutua relación social de los individuo se convierte en un poder autónomo sobre el individuo que aparece como una fuerza natural, causal o de otra índole.” [Grundrisses. Carlos Marx]

El hombre al objetivarse (mediante la praxis) se crea y transforma, tanto a sí mismo como al mundo social y natural que le rodea y de las cuales forma parte, pero su objetivación se le presenta en su conciencia como algo no producto de él. La conciencia que el hombre se forma de sí mismo, de la realidad, de su praxis aparece en contradicción con su proceso de objetivación. Contradicción que se presenta o manifiesta en su conciencia como enajenación. El hombre conceptualiza la realidad a través de su conciencia como una realidad que se opone a él, que lo domina, no producto de su praxis, sino como una realidad dada, ajena o natural. Su conciencia (conciencia enajenada) es incapaz de darse cuenta de su situación de autoenajenación. El hombre se desenvuelve socialmente siendo parte y sustento de su propia enajenación. La produce y reproduce mediante su praxis sin que medie un proceso conciente sobre ello. La enajenación es un fenómeno histórico, objetivo y subjetivo a la vez, el cual surge en un determinado desarrollo de la praxis; cuando ésta comienza a transformar las relaciones sociales en relaciones sociales de producción.

La enajenación, nos dice Marx, es:

“... un fenómeno social que surge y se desarrolla históricamente a partir de una determinada relación económica: la división social del trabajo”

La enajenación, la cual, tiene como base una determinada relación social, producto ésta del desarrollo de la praxis se presenta como contradicción entre la realidad y el hombre que la crea y transforma, contradicción real, objetiva que se manifiesta en la división clasista de la sociedad y en la aparición de la propiedad privada pero que a su vez también se manifiesta en la conciencia y e el pensamiento del hombre. Esto no quiere decir que el hombre intencionalmente se haya propuesto en los albores de la historia autoenajenarse, sino que las condiciones históricas a las que el hombre se enfrentó al desarrollar su praxis determinaron que su propia praxis continuara su desarrollo como praxis enajenajenada.

Tenemos pues, que la enajenación en términos generales es:

“Contradicción entre los hombres y una realidad suya que se opone a ellos como una realidad exterior, extraña”

Contradicción que en el capitalismo alcanza su grado máximo de desarrollo bajo la forma de fetichimo económico. Ahora bien, es cierto que el desarrollo de la praxis en el inicio de la historia humana se logra mediante la enajenación de la misma praxis, pero también, en una determinada etapa histórica la praxis necesita desprenderse de su carácter enajenado (y enajenante) para poder continuar con su desarrollo. Ella misma crea las premisas materiales e intelectuales para que el hombre objetiva y subjetivamente supere su autoenajenación.

La enajenación como fenómeno histórico no es exclusivo de capitalismo, aunque en él, se presenta en su forma más desarrollada. Se presentará enajenación ahí, donde la praxis en cualquiera de las formas en que se presente (productiva, política, artística, científica, etc.) aparezca ante sus creadores, ante el hombre como un poder autónomo, ajeno, que los domina. Pero, la enajenación no es un fenómeno para siempre, insuperable, no es un mal necesario que el hombre tendrá que cargar en todo el transcurso de la historia. En el capitalismo, si bien se presenta la enajenación con toda s u crudeza, también se crean las premisas para poder superarla. Es en el propio desarrollo de la praxis, cuando esta se hace praxis revolucionaria donde se inscribe la posibilidad y la necesidad histórica de transformar las condiciones materiales e intelectuales que hacen posible el fenómeno de la enajenación. La praxis históricamente devenida en praxis enajenada recobra por sí misma, en un acto conciente, transformador, práctico su carácter revolucionario, el cual le permitirá continuar su desarrollo sin agotarse a sí misma y sin destruir al mundo que le rodea. Es el hombre quien conciente del desarrollo de su praxis se propone en una determinada etapa histórica superar mediante su praxis, ya no como praxis enajenada sino como praxis revolucionaria. Las premisas materiales e intelectuales que hacen posible la enajenación. Superar el capitalismo se vuelve una premisa y una necesidad histórica para superar la enajenación. La contradicción histórica entre racionalidad e irracionalidad, entre seguir desarrollándonos destruyéndonos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea y seguir desarrollándonos construyéndonos a nosotros mismos y en equilibrio con el mundo que nos rodea se resuelve así mediante la propia praxis, como praxis revolucionaria.

Héctor Cerezo Contreras

Preso de conciencia

“La Palma” 17 Junio 03

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